5 escapadas con encanto a menos de 2 horas de Marbella

• Tabla de contenidos
• 5 destinos de otro mundo a menos de 2 horas de Marbella
• Tarifa
• Casares
• Nerja
• Benaoján
• Cortes de la Frontera
• Cinco formas de romper con la rutina sin salir de Andalucía

Una joya costera en la provincia de Cádiz y una de las escapadas con encanto más espectaculares de la Costa de la Luz, donde se encuentran el mar Mediterráneo y el océano Atlántico.

Conocida como la “capital europea del kitesurf”, Tarifa se encuentra a unos 70 km al oeste de Marbella, a aproximadamente 75 minutos en coche por la AP-7 y la N-340. Es uno de los destinos más reconocidos del mundo para practicar kitesurf y windsurf, especialmente en las playas de Valdevaqueros y Los Lances, donde encontrarás varias escuelas de surf de renombre, aptas tanto para principiantes como para surfistas experimentados.

En el extremo de la playa de Valdevaqueros, puedes subir a sus impresionantes dunas de arena, e incluso atravesarlas en coche por la carretera A-2325. Otra playa excelente, más tranquila y también con sus propias dunas, es la playa de Bolonia. Justo detrás de esta playa se encuentran las impresionantes ruinas romanas de Baelo Claudia, con su teatro, columnas y acueducto bien conservados.

Báñate en aguas cristalinas de color turquesa, asciende dunas de arena dorada, disfruta del avistamiento de ballenas en el Estrecho de Gibraltar y cabalga a caballo por la orilla al atardecer. Alójate en hoteles con encanto y estilo relajado como el Hurricane Hotel o el Punta Sur, o vive tu escapada como un auténtico surfista en alguno de los numerosos campings de la zona.

A tan solo 45 minutos de Marbella, en dirección al interior desde Estepona por la AP7 y la MA8300, se encuentra este impresionante pueblo blanco en lo alto de una colina, que ofrece una panorámica de cuento sobre el Valle del Genal. Si buscas vistas espectaculares y un buen lugar para observar aves rapaces, el mirador de la cima es uno de los mejores de la zona. Situado en una empinada ladera, Casares encarna la estética clásica de los pueblos blancos, pero con una belleza especialmente llamativa. Desde la distancia, las casas encaladas parecen apiladas como cubos de azúcar, bajo la silueta de la Iglesia de la Encarnación, construida en 1505, y las ruinas de un castillo árabe en la cima de la colina.

La pendiente del laberinto de calles que recorre el pueblo no es apta para todos los públicos, pero sin duda merece la pena el esfuerzo. Considerado uno de los paseos más bonitos por un pueblo español, con sus arcos andaluces, jardines misteriosos y tiendas con encanto, lo que realmente atrae es la vista desde lo alto.

Después de explorar a tu antojo (sin olvidar la visita a las ruinas del castillo), todavía hay más maravillas por descubrir en los alrededores. Al fondo del valle, junto al río Manilva y a unos 20 minutos en coche desde el pueblo de Casares, se encuentran unos manantiales sulfurosos donde, según la leyenda, se bañó el propio Julio César. Abiertos al público, puedes darte un baño (si soportas el olor a azufre) o simplemente admirar el puente romano y el acueducto cercano.

Encaramada en un promontorio, Nerja ofrece vistas espectaculares del paisaje mediterráneo en el extremo oriental de la Costa del Sol. Practica kayak y esnórquel en calas cristalinas y visita las Cuevas de Nerja, una maravilla geológica con estalactitas de proporciones catedralicias y pinturas prehistóricas.

A una hora en coche hacia el este por la costa desde Marbella, Nerja presume del emblemático Balcón de Europa, un famoso mirador donde las amplias vistas al mar se funden con la curva del horizonte mediterráneo. Desde el mirador se desciende hasta la playa de arena de Burriana, con sus chiringuitos, alquileres de kayak y un animado paseo marítimo.

Para un capricho especial, acércate a la popular panadería NYABAKAT, que ofrece bollería sueca recién hecha y cafés especiales, situada cómodamente en primera línea, en la calle Camino de Burriana. Más al este se encuentran las Cuevas de Nerja, una red de cavernas que se extiende a lo largo de unos 5 km, conocidas por sus pinturas paleolíticas de hace 42.000 años, realizadas sobre colosales estalactitas. Tras explorar estas maravillas subterráneas, puedes probar el dulce vino moscatel local en una bodega cercana al pueblo de Frigiliana antes de regresar por la pintoresca carretera costera. Si te quedas unos días, existe una fantástica ruta de senderismo de 15 km desde Frigiliana hasta las Cuevas de Nerja, que recorre parte del trazado del GR249 e incluye el cruce del río Chíllar.

Construido en dos zonas bien diferenciadas en el extremo norte de la Sierra de Líbar, Benaoján cuenta con el núcleo original del pueblo, encaramado a una empinada ladera, y un asentamiento más bajo que se extiende en torno a la estación de tren del valle del Guadiaro.

Situado al pie de un impresionante paisaje kárstico de piedra caliza, a 1 hora y 45 minutos hacia el interior desde Marbella, Benaoján es un auténtico paraíso para los senderistas. Sus rutas atraviesan desde formaciones kársticas apiladas y dramáticas hasta praderas abiertas cubiertas de hierba alta, pasando por olivares frondosos en laderas salpicadas de flores silvestres y ríos de aguas turquesa. A veces parece que estás en Suiza; otras, sientes que podrías estar en otro planeta.

Justo debajo del pueblo se encuentra un legendario ferrocarril, quizá el elemento más emblemático de la zona: el tren Algeciras–Ronda, conocido cariñosamente como el “Ferrocarril de Mr. Henderson”, en honor al ingeniero británico que impulsó su construcción en la década de 1890. Este romántico recorrido ferroviario puede seguirse a pie a lo largo de un tramo de 7,5 km que comienza en la antigua estación y lleva hasta Jimera de Líbar —una caminata de dificultad moderada que dura unas tres horas y media. Igualmente fascinante es la ruta que va desde la estación de Benaoján hasta la Cueva de la Pileta: un recorrido circular de 7 km que conduce a arte rupestre prehistórico, cámaras subterráneas y espectaculares formaciones kársticas del valle.

Una parada imprescindible al visitar Benaoján es el restaurante y hotel Molino del Santo, un antiguo molino de agua del siglo XVIII bellamente restaurado, que ofrece una cocina andaluza creativa en un entorno junto al río, donde el sonido de los rápidos llena el aire. Su encantadora terraza al aire libre, adornada con flores y con vistas a los olivares, brinda un escenario increíblemente pintoresco para almorzar o cenar.

Cortes de la Frontera se encuentra en el límite del Parque Natural de los Alcornocales, hogar del mayor bosque de alcornoques de Europa. Con una extensión de más de 170 km², su municipio es uno de los más grandes de la provincia de Málaga.

A solo 25 minutos en coche desde Benaoján, tomando la carretera MA-8041 que sigue el curso del río Guadiaro y pasa junto a la Cueva de la Pileta a mano derecha, se llega rápidamente al municipio de Cortes de la Frontera. Su término municipal se adentra casi por completo en el Parque Natural de Los Alcornocales, una reserva de la biosfera de 1.677 km², conocida por albergar uno de los bosques de alcornoques más extensos y biodiversos del mundo.

El parque natural ofrece una red de senderos para todos los niveles: desde rutas suaves entre bosques que muestran majestuosos alcornoques, hasta ascensos más exigentes al Pico del Aljibe (1.092 m). En el pueblo, el Ayuntamiento del siglo XVIII es un destacado ejemplo de arquitectura neoclásica, mientras que la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario preside una tranquila plaza rodeada de restaurantes tradicionales familiares, ideales para degustar guisos de caza y platos de setas silvestres tras un día de caminata.

Cada uno de estos destinos es ideal para una escapada de un día o de fin de semana, y te permite descubrir la increíble diversidad que hace que esta parte de Andalucía sea tan especial. Desde playas mediterráneas hasta cumbres montañosas, y desde cuevas prehistóricas hasta ruinas romanas, el patrimonio natural y cultural de la región ofrece infinitas posibilidades para explorar.

Así que, la próxima vez que sientas la necesidad de cambiar de aires y alejarte del glamur del litoral de Marbella, recuerda que la aventura te espera a tan solo un corto trayecto en coche. Prepara un picnic, ponte las botas de senderismo o mete el bañador en la mochila. La única pregunta es: ¿cuál de estas escapadas vas a descubrir primero?

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