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Certificados energéticos en España: costes, validez, actualizaciones legales y lo que todo propietario debe saber.
· 4 min. lectura
Los certificados de eficiencia energética (CEE) son uno de los aspectos más malinterpretados del mercado inmobiliario en España. Muchos propietarios no saben con certeza cuándo lo necesitan, qué significa para la venta o el alquiler de su vivienda, o cuánto les costará. Con las recientes actualizaciones legales ya en vigor, es más importante que nunca separar mitos de realidades.
Uno de los malentendidos más comunes es pensar que no se puede vender o alquilar una propiedad si tiene una baja calificación energética, como “F” o “G”. Esto es falso. El certificado es únicamente informativo y está diseñado para ofrecer a compradores e inquilinos transparencia sobre la eficiencia de la vivienda y los costes de mantenimiento esperados. Por muy baja que sea la calificación, seguiras teniendo pleno derecho legal a vender o arrendar su propiedad.
Lo que sí es cierto es que disponer de un certificado en vigor es un requisito legal siempre que pongas tu propiedad a la venta o en alquiler en España. Esta norma lleva años en vigor, pero desde agosto de 2025 ha entrado en aplicación una actualización importante: ahora se exige un certificado energético válido no solo para ventas y alquileres, sino también para las tasaciones oficiales de inmuebles. Esto significa que, si vas a refinanciar, solicitar una hipoteca o tasar tu vivienda, necesitarás contar con un CEE actualizado.
Obtener un certificado requiere una visita técnica realizada por un profesional cualificado. Durante la inspección, el certificador revisa los elementos clave que afectan al rendimiento energético: el aislamiento en paredes y tejados, el tipo de ventanas, la eficiencia de los sistemas de calefacción y refrigeración, la ventilación e incluso la orientación de la vivienda. Posteriormente, los datos se introducen en un software oficial de modelización que estima la demanda energética prevista de la vivienda y sus emisiones de CO₂.
El informe final no solo ofrece una calificación que va de la “A” (más eficiente) a la “G” (menos eficiente); también incluye recomendaciones para mejorar la eficiencia, como renovar las ventanas, añadir aislamiento o modernizar las calderas y los sistemas de aire acondicionado. Se trata de una orientación muy útil para los propietarios que estén pensando en reformar antes de vender, ya que estas mejoras pueden hacer que la propiedad resulte más atractiva para los compradores.
El coste de obtener un certificado puede variar bastante. En la mayoría de los apartamentos, los precios suelen situarse entre 100 € y 150 €, mientras que las viviendas más grandes o las propiedades más complejas pueden resultar más caras. Varios factores influyen en el precio: el tamaño y tipo de propiedad, su ubicación, la complejidad de la inspección y los honorarios establecidos por el profesional que la realiza. Además, algunas comunidades autónomas cobran una pequeña tasa administrativa al registrar el certificado.
Un certificado tiene una validez de 10 años, tras los cuales debe renovarse. Sin embargo, si una vivienda se somete a reformas importantes que afecten a su rendimiento energético, es recomendable obtener un nuevo certificado antes para reflejar las mejoras. Las propiedades con calificaciones muy bajas también pueden estar sujetas a periodos de validez más cortos recomendados. Los propietarios deben tener en cuenta que usar un certificado caducado puede provocar retrasos en el proceso de venta o incluso sanciones.
Muchos certificadores permiten ahora a los propietarios iniciar el proceso en línea solicitando presupuestos y enviando planos o fotos por adelantado, aunque la inspección presencial sigue siendo un requisito legal. Una vez emitidos, los certificados se inscriben en el registro oficial de la comunidad autónoma, que en la mayoría de los casos se gestiona de forma digital. Esto garantiza que compradores, agentes y notarios puedan verificar la validez de un certificado de manera rápida y sencilla.
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Aunque el certificado no prohíbe la venta de una vivienda con baja calificación, su papel en el mercado inmobiliario es cada vez más relevante. Los compradores son cada vez más conscientes de la eficiencia energética y de los costes de mantenimiento, especialmente en mercados de alto valor como Marbella, donde los clientes internacionales comparan los estándares con los de otros países. De cara al futuro, los objetivos climáticos de la UE y de España podrían traer normas más estrictas e incentivos para las reformas, pero a día de hoy el CEE sigue siendo un documento informativo y no restrictivo.
¿Estás pensando en vender tu vivienda en Marbella? Contar con un certificado energético válido es esencial, y el equipo experimentado de Panorama puede guiarte en cada paso del proceso..
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